Los siete chakras principales son como siete notas musicales en nuestro cuerpo físico. Ellos vibran con energías puras, traen música y ritmo puros a nuestra existencia consciente. Esos circuitos son los puntos poderosamente energizantes de nuestro cuerpo que nos unen a las numerosas dimensiones de los universos cósmicos y espirituales.
Nuestro sistema físico está constituido de muchos campos intrincados e interactivos de energías psíquicas sutiles, y cada uno de esos campos dimensionales está dotado de una complicada telaraña de hilos de energía sumamente finos. Estas energías vivas e inteligentes hacen posible que fuerzas superiores o vibraciones supermagnéticas aparezcan en el cuerpo y encaucen sus efectos sutiles hacia los patrones de nuestro crecimiento celular, y por supuesto, hacia la expansión de la conciencia humana en su totalidad. Estas numerosas redes permiten que energías de diversas vibraciones fluyan en el cuerpo y motiven nuestro comportamiento a nivel celular y orgánico, a nivel microcósmico y macrocósmico.
Estas energías sutiles se entretejen en la matriz de la estructura celular, pero antes pasan por estos extraordinarios centros denominados chakras, donde tienen el poder de transferir el efecto de las vibraciones astrales, etéreas y espirituales al cuerpo, a través de nuestro sistema endocrino. Cuando uno se vuelve plenamente consciente de los movimientos equilibrados de sus chakras o centros de energía, está situado en la bondad pura.
Nuestro sistema físico está constituido de muchos campos intrincados e interactivos de energías psíquicas sutiles, y cada uno de esos campos dimensionales está dotado de una complicada telaraña de hilos de energía sumamente finos. Estas energías vivas e inteligentes hacen posible que fuerzas superiores o vibraciones supermagnéticas aparezcan en el cuerpo y encaucen sus efectos sutiles hacia los patrones de nuestro crecimiento celular, y por supuesto, hacia la expansión de la conciencia humana en su totalidad. Estas numerosas redes permiten que energías de diversas vibraciones fluyan en el cuerpo y motiven nuestro comportamiento a nivel celular y orgánico, a nivel microcósmico y macrocósmico.
Estas energías sutiles se entretejen en la matriz de la estructura celular, pero antes pasan por estos extraordinarios centros denominados chakras, donde tienen el poder de transferir el efecto de las vibraciones astrales, etéreas y espirituales al cuerpo, a través de nuestro sistema endocrino. Cuando uno se vuelve plenamente consciente de los movimientos equilibrados de sus chakras o centros de energía, está situado en la bondad pura.
Hay grandes maestros espirituales que vienen al mundo como mensajeros o como hijos de Dios: Mahoma, Jesús, Buda, y muchos otros líderes espirituales que constantemente otorgan su gracia sin esperar resultados. Esto es vivir bajo la dulce voluntad del Señor. Estas personalidades iluminadas ayudan a la humanidad que sufre, completamente ignorante y olvidada de la Divinidad en el sistema de los chakras en el cuerpo, que la ciencia apenas comienza a descubrir, porque no le quedan alternativas. Esos faros de luz espiritualmente poderosos, aún inconscientemente y de manera espontánea, automática, despiertan los chakras de las almas condicionadas, otorgándoles ciertos mantras y oraciones, como el Power-Mantra Personal, la poderosa canción de su vida.
Estas místicas palabras sagradas tienen el poder supermagnético de atraer sus energías positivas y conectarlas con las vibraciones universales y espirituales que favorecen el logro del propósito único de esta vida: el desarrollo espiritual a través del divino recuerdo del Guru y de Dios.
